“La mujer operacional siempre tiene menos referencias y debemos enseñar a las niñas que también se necesitan electricistas, mecánicas…”
María es una de las escasas mujeres perforistas y artilleras que trabajan en la Faja Pirítica Onubense, con una carrera profesional siempre ligada a una formación específica y a puestos de trabajo en los que ha desmitificado la importancia de ser hombre o mujer para realizarlo.
Junto a su trabajo en la mina, desarrolla un programa de ayuda y empoderamiento para la mujer rural y su acceso a puestos de trabajo en el sector de la minería (La Comunidad de Mara), de manera que se supriman barreras de empleo por sexo. Asimismo, es miembro de la directiva de la asociación Women in Mining and Industry Spain.
¿Qué es para ti la mina?
La mina es algo que me fascina y me encanta, me sirve también a nivel personal porque cada día tengo más claro que no hay profesiones para hombres y mujeres.
Es una gran satisfacción, me gusta el trabajo, me siento muy desarrollada, pero a nivel profesional también trabajo para que se muestre que las desigualdades son algo de antaño y debemos romper con estereotipos.
Tengo una compañera que es palista, las dos fuimos las primeras en entrar en la mina en Huelva y demostramos, a nivel empresarial, que las mujeres podemos trabajar con total normalidad, porque la igualdad laboral es el futuro.
¿En qué consiste tu proyecto de empoderamiento de la mujer rural en la minería?
Trabajo en la mina, pero he trabajado en montaje soldando, como inspectora de soldadura, también en fábricas, como operadora de planta. En este tiempo he visto que el sector industrial está muy masculinizado, con muchas barreras.
Desde la Comunidad de Mara asesoro a mujeres y otros colectivos desde la formación y la experiencia para dotar de herramientas a quienes quieren mejorar su formación y acceder a un puesto de trabajo en estos sectores industriales, como la minería. Porque la mujer rural también quiere trabajar en la mina.
