“El arbitraje me ha ayudado a desarrollar habilidades muy útiles a la hora de saber gestionar grupos y negociar acuerdos”

Carlos Martínez Torres
Carlos Martínez TorresIngeniero. Director Minería Galicia Grupo SAMCA
Santiago de Compostela

 

Carlos Martínez Torres, actual directivo del Grupo SAMCA en Galicia, es un profesional con amplia experiencia en minería, que ha sabido compaginar su trabajo en el sector extractivo con su labor de árbitro de la Primera División RFEF Futsal.

Después de tres décadas en el deporte y conocida su implicación con los más jóvenes, Carlos destaca la humildad, la empatía y el compromiso como cualidades clave para alcanzar las metas. .

¿Tras más de 30 años en el mundo del arbitraje, cómo se llega a ser árbitro de la primera división RFEF Futsal?

Te podría decir que con ilusión, puesto que cuando empecé a las 14 años,ni podría soñar con llegar a estar 13 temporadas en la máxima categoría del Futbol Sala nacional. Ilusión en hacerlo siempre lo mejor posible, independientemente de la categoría del partido, los partidos que pudiera llevar en las piernas, y el entorno. Como resumen, diría que llegué a Primera División a base de trabajo continuo, ilusión, esfuerzo, y estando siempre el máximo, puesto que las oportunidades sólo pasan una vez. Lo más importante, en mi opinión, la constancia y el trabajo diario, tanto a nivel físico como técnico y mental.

¿Qué es lo que más te gustaba del arbitraje?

La verdad, todo el proceso desde que te designa 10 días antes de un partido. La preparación previa al partido, con el estudio inicial de los equipos, jugadores y técnicos. Planificación del viaje y los entrenamientos, el propio desplazamiento, vestirse en el hotel, llegar al pabellón un par de horas antes, salir a calentar y luego a la pista en formación, y la sensación al pitar el final de un partido con la sensación de haberlo tenido controlado, y de haber acertado en las jugadas claves del mismo. Es una sensación imposible de explicar con palabras.

Es conocida tu implicación con los más jóvenes intentando transmitirle los mejores valores deportivos, ¿qué es lo que más te gustaría inculcarles?

Los valores que nos inculca el arbitraje no son diferentes del resto de actividades deportivas. Compromiso, esfuerzo, humildad, amistad, pasión… En mi caso, cuando he tenido responsabilidades directivas y de formación en el arbitraje siempre he puesto en primer lugar la humildad y la empatía. Con esas dos cualidades, que hay que trabajar las 24 horas del día, es muy fácil hacer un buen trabajo en la pista. También destacaría el compromiso, si te comprometes con algo, lo que sea, hay que tratar de hacerlo bien siempre, hasta el final.

Eres conocido en el mundo del arbitraje y directivo en el sector minero. ¿Hay algo del mundo deportivo que apliques en tu profesión? ¿Qué es?

En general, cuando estuve en activo (hasta el 2021) ni presumí, ni negué mi condición de árbitro, es decir, mi entorno profesional solía tardar en saberlo, y en no pocas ocasiones el comentario al saberlo era: “ahhh, eso lo explica”.

Tras más de 30 años en el arbitraje, éste me ayudó a desarrollar ciertas habilidades como la empatía, interpretar el lenguaje corporal y facial, o cierta templanza cuando alguien se “sube de vueltas”. Como podrás imaginar, esto es útil cuando tienes que gestionar grupos de personas, o sentarte a negociar acuerdos con otras partes.

En mi opinión, una vez que eres árbitro, lo eres para toda la vida, ya que no puedes cambiar de personalidad al entrar y salir de la pista. Aumentas los niveles de concentración, pero somos deportistas como los jugadores, e incluso cuando nos encontramos con ellos de vacaciones, nos sentamos a tomar una caña y reírnos juntos de anécdotas pasadas.

Además del arbitraje, ¿tienes alguna otra actividad extra laboral que te gustaría realizar? ¿Por qué?

Por culpa, o gracias al arbitraje he tenido que renunciar a múltiples actividades, puesto que era raro el fin de semana sin partido, la semana sin 3-4 entrenamientos y clases técnicas, así que ahora, que ya estoy «jubilado», intento hacer muchas de esas cosas que dejé postergadas, pero siempre con un factor en común: mi mujer y mis hijos. Han aguantado muchas ausencias, y siempre me han apoyado. Ahora no sería justo por mi parte, además de que el cuerpo me pide estar con ellos, irme los fines de semana a la montaña, a remar, etc.

¿Tras más de 30 años en el mundo del arbitraje, cómo se llega a ser árbitro de la primera división RFEF Futsal?

Te podría decir que con ilusión, puesto que cuando empecé a las 14 años,ni podría soñar con llegar a estar 13 temporadas en la máxima categoría del Futbol Sala nacional. Ilusión en hacerlo siempre lo mejor posible, independientemente de la categoría del partido, los partidos que pudiera llevar en las piernas, y el entorno. Como resumen, diría que llegué a Primera División a base de trabajo continuo, ilusión, esfuerzo, y estando siempre el máximo, puesto que las oportunidades sólo pasan una vez. Lo más importante, en mi opinión, la constancia y el trabajo diario, tanto a nivel físico como técnico y mental.

¿Qué es lo que más te gustaba del arbitraje?

La verdad, todo el proceso desde que te designa 10 días antes de un partido. La preparación previa al partido, con el estudio inicial de los equipos, jugadores y técnicos. Planificación del viaje y los entrenamientos, el propio desplazamiento, vestirse en el hotel, llegar al pabellón un par de horas antes, salir a calentar y luego a la pista en formación, y la sensación al pitar el final de un partido con la sensación de haberlo tenido controlado, y de haber acertado en las jugadas claves del mismo. Es una sensación imposible de explicar con palabras.

Es conocida tu implicación con los más jóvenes intentando transmitirle los mejores valores deportivos, ¿qué es lo que más te gustaría inculcarles?

Los valores que nos inculca el arbitraje no son diferentes del resto de actividades deportivas. Compromiso, esfuerzo, humildad, amistad, pasión… En mi caso, cuando he tenido responsabilidades directivas y de formación en el arbitraje siempre he puesto en primer lugar la humildad y la empatía. Con esas dos cualidades, que hay que trabajar las 24 horas del día, es muy fácil hacer un buen trabajo en la pista. También destacaría el compromiso, si te comprometes con algo, lo que sea, hay que tratar de hacerlo bien siempre, hasta el final.

Eres conocido en el mundo del arbitraje y directivo en el sector minero. ¿Hay algo del mundo deportivo que apliques en tu profesión? ¿Qué es?

En general, cuando estuve en activo (hasta el 2021) ni presumí, ni negué mi condición de árbitro, es decir, mi entorno profesional solía tardar en saberlo, y en no pocas ocasiones el comentario al saberlo era: “ahhh, eso lo explica”.

Tras más de 30 años en el arbitraje, éste me ayudó a desarrollar ciertas habilidades como la empatía, interpretar el lenguaje corporal y facial, o cierta templanza cuando alguien se “sube de vueltas”. Como podrás imaginar, esto es útil cuando tienes que gestionar grupos de personas, o sentarte a negociar acuerdos con otras partes.

En mi opinión, una vez que eres árbitro, lo eres para toda la vida, ya que no puedes cambiar de personalidad al entrar y salir de la pista. Aumentas los niveles de concentración, pero somos deportistas como los jugadores, e incluso cuando nos encontramos con ellos de vacaciones, nos sentamos a tomar una caña y reírnos juntos de anécdotas pasadas.

Además del arbitraje, ¿tienes alguna otra actividad extra laboral que te gustaría realizar? ¿Por qué?

Por culpa, o gracias al arbitraje he tenido que renunciar a múltiples actividades, puesto que era raro el fin de semana sin partido, la semana sin 3-4 entrenamientos y clases técnicas, así que ahora, que ya estoy «jubilado», intento hacer muchas de esas cosas que dejé postergadas, pero siempre con un factor en común: mi mujer y mis hijos. Han aguantado muchas ausencias, y siempre me han apoyado. Ahora no sería justo por mi parte, además de que el cuerpo me pide estar con ellos, irme los fines de semana a la montaña, a remar, etc.