INCORPORACIÓN DE LA MUJER AL SECTOR DE LA MINERÍA E INDUSTRIA.

El sector de la minería e industria es predominantemente masculino, todo ello a pesar de que cada vez existe mayor incorporación de la mujer en el mismo, quedando todavía un largo camino por recorrer.

Históricamente en España las mujeres participaban en las explotaciones mineras, trabajaban “extraoficialmente” como carboneras, vagoneras, guardabarreras, escogedoras, atrapadoras, aguadoras…, pero no podían adentrarse en las entrañas de la mina, por estar prohibido por el Reglamento de Policía Minera de 1897.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX comienza una extracción de mineral más sofisticada con nuevas técnicas surgiendo las primeras concentraciones empresariales lo que lleva a un aumento importante en la producción creándose los primeros centros mineros y siderúrgicos, necesitando una demanda cada vez mayor de mano de obra siendo cubierta principalmente por hombres.

La participación de la mujer en el sector minero históricamente ha sido siempre muy inferior al de los hombres, sufriendo distintas fluctuaciones. Por ejemplo, en la industria del carbón, que con motivo de la Primera Guerra Mundial, tras desaparecer el carbón inglés como principal competidor, se produce una gran demanda de producto español, lo que provoca un aumento de contrataciones incluyendo mano de obra femenina, la cual desciende en años posteriores cuando finaliza la guerra y cae en depresión este sector procediéndose al despido de muchos de los trabajadores anteriormente contratados.

Otro momento de mayor contratación femenina en el sector de la minería tuvo lugar con la Guerra Civil Española, ya que los hombres se encontraban combatiendo, por lo que se produjo una importante contratación de mujeres principalmente jóvenes solteras, viudas y algunas casadas.

Posteriormente, los principales puestos que vinieron desempeñando las mujeres eran los trabajos de exterior, así como los de administrativas, limpieza, telefonistas…, sin embargo, los roles y las identidades de género han cambiado mucho y han ido evolucionando en los últimos años.

Gracias a la educación y a los esfuerzos de las sociedades las mujeres han podido acceder a oportunidades y derechos antes vedados.

Todos los avances en tecnología, ciencia e innovación que se ha alcanzado en las últimas décadas han transformado el sector de la minería, pero todavía hace falta implantar medidas efectivas para terminar con la desigualdad entre mujeres y hombres.